Cada vez que voy a la playa aquí en Copenhague lo noto. Dos tetas desnudas despiertan mucho interés y una atención casi paranormal. Ya hace años que aquí en Dinamarca dejó de ser normal hacer topless. Pero a mi vena naturista queer y rebelde ese puritanismo forzado no le va muy bien. En consecuencia, las miradas cada ocasión son muchas. Y no muy discretas.
|
etiquetas: interés , tetas , machismo