Al ser interpelado por los agentes, el conductor mostró evidentes signos de nerviosismo, lo que hizo sospechar a los guardias que, acto seguido, registraron el coche y dieron con el hallazgo de los animales en la parte trasera del vehículo. El presunto infractor podría enfrentarse a una multa de entre 600 y 6.000 euros por infringir el artículo 58.20 de la Lei de Caza de Galicia 4/1997, que tipifica como grave poseer piezas de caza mayor sin poder acreditar su procedencia.
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