Por lo tanto, mi pasión actual retro se circunscribe casi siempre a los 8 bits y, por supuesto, el MAME. Porque no tener forma de jugar en casa no quería decir que no me escapara del instituto a echarme un 'Metal Slug'. Pero lo mío es el culto al Spectrum por dos motivos: porque soy VIEJO y porque me va que me fustiguen. Y es que los juegos de la máquina infernal de Sinclair se usan todavía en las sesiones de las dominatrix más selectas de Londres como sustituto más cruel al spanking.
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