Inteligencia Artificial y el derecho a sobrevivir sin talento

Observo entre amigos y familiares con cierto criterio intelectual la creencia de que la IA no va a alcanzar cotas de creatividad que pongan en peligro el trabajo y la producción cultural de los creadores humanos de alto rango.

Es una opinión que hace unos meses compartía y que ahora no tengo tan clara. Pero si lo piensas...¿acaso importa? Es decir, me he paseado por los libros, discos y películas más exitosos de la última década y salvo algunas excepciones, ¿demanda el consumidor de cultura cimas de talento extraordinario solo al alcance de la materia gris orgánica? Los best seller son cada vez más infames y simples, la industria cinematográfica sobrevive a base de remakes, sagas infumables y películas de superhéroes, la música más global está alcanzando unos niveles de sobreproducción digital abochornantes...

¿Es necesario que la IA alcance elevadísimas cotas creativas? Tengo bastante claro que no.

Y cuando lo haga, que creedme, lo hará, ¿a alguien más allá de una minoría, le importará que esas cotas no hayan sido creadas por un ser humano? Está reacción global me lleva a pensar que muy poca gente se está dando cuenta de los cambios que se ciernen sobre nosotros y de que el peligro no está intrínsecamente en la IA que puede ser muy útil a nivel científico y sanitario, el peligro son los cambios socioeconómicos que se avecinan y en quiénes los vamos a pagar, el peligro está en la inacción y en plantear esto como una parte imparable de un progreso que, en muchos aspectos (no en todos, claro) nadie más que los poderosos necesitan, el peligro es en manos de quién está esa IA, quién controla sus desarrollos más avanzados y por qué incluso muchos científicos y expertos en tecnología han pedido que sea pausada.

Pero, sobre todo, el peligro está en esa actitud, que ya comienzo a percibir como generalizada, de que "si no tienes talento, es normal que no puedas seguir trabajando de lo tuyo y la IA te sustituya", como si la gente sin talento y, ojo a esto, sin un talento elevadísimo, no tuviese derecho a un sueldo. Ese razonamiento es más venenoso que el neoliberalismo o el fascismo más radicales, estamos hablando de un clasismo intelectual y cultural que tiene mucho más que una vocación de estructurar las clases sociales. Es terrible y es, sobre todo, el precio que vamos a pagar por no haber desarrollado la conciencia crítica en los sistemas educativos. Además, ¿acaso hay otra opción para mantener el capitalismo que una renta básica que, como es de esperar, será miserable y convertirá la inflación y la precariedad global en algo tan normal como el viento?

Ray Bradbury dijo hace muchísimo tiempo , en una entrevista a Le Monde, que "es normal sentir vértigo ante la inteligencia artificial, pero de lo que debemos cuidarnos es de aquellos que no la temen lo mas mínimo". Pues bien, se cumplen 40 años de aquellas palabras y lo que parecía una extraña fantasía ahora se acerca a nuestras vidas como un terremoto de proporciones épicas y nada nos va a salvar de él.