Zapatero, a diferencia del resto de los presidentes de la democracia, era un torero novillero. Y no sólo eso, sino que tardó demasiado en aprender, en parte porque no era su afición”,dice al referirse a las muchas “espantás” que protagonizó Zapatero, una de ellas, un memorable plantón que dio en una cena de 300 comensales –convocada por él mismo- en el Hotel Waldorf de Nueva York en septiembre de 2008. “Gastó 100.000 dólares una cena diplomática con todas las delegaciones, para terminar cenando en otro restaurante, porque no le apetecía.
|
etiquetas: inocencio arias , zapatero , cena