El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, es partidario de utilizar "inhibidores del deseo sexual" con los delincuentes condenados por delitos de violación o pederastia con pronóstico de reincidencia una vez cumplida su pena. La comúnmente denominada castración química es en realidad la administración periódica de un fármaco que reduce los niveles de las hormonas que despiertan el deseo sexual. Su tratamiento requiere una continuidad en el tiempo, pues la no administración del medicamento devuelve las hormonas a su estado original.
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