Ayer por la tarde me enteré de la caída generalizada de varias redes sociales, tras comunicármelo una paciente que había acudido al servicio de urgencias.
En un principio, no llegué a entender que el motivo por el cual había decidido ir al hospital, estaba relacionado con esta incidencia.
Ella refería opresión torácica, palpitaciones, nerviosismo y sudoración profusa.
La exploración era normal, ECG con ritmo sinusal a 138 lpm, sin otras alteraciones. TA 140/80.
Tras preguntarle qué había pasado, me relató que se encontraba sola en su domicilio, cuando se percató de que había algunas aplicaciones que no estaban funcionando.
Al parecer, realizó varias llamadas a amigos y conocidos, los cuales le confirmaron que se había producido una caída a nivel mundial de Facebook, Instagram y también de Whatsapp.
Uno de ellos (entiendo que de manera irónica) le dijo que "seguro que algo muy grave está pasando", y desde ese instante empezó a notarse muy nerviosa.
El cuadro de ansiedad fue en aumento durante el transcurso de la tarde, hasta que comenzó a encontrarse mal y solicitó que la llevasen al hospital.
Tal y como es preceptivo en estos casos, le pregunté si había tomado algo que pudiese haber alterado su estado, pero negó el consumo de tóxicos.
Me costaba un poco creer que todo estuviese relacionado con una incidencia en 3 aplicaciones, pero lo cierto es que la paciente no tenía antecedentes previos, no estaba a tratamiento y su estado general era bueno.
Llegados a este punto, mis sospechas se centraron en algún tipo de problema personal, como discusiones con la pareja (algo bastante habitual) una crisis en el trabajo, o algo por el estilo.
Nada de nada.
Tengo que decir que he visto con anterioridad muchos otros cuadros de ansiedad relacionados con situaciones bastante inverosímiles, como el de una persona que hizo una apuesta importante en un partido de fútbol, u otro que relaté aquí mismo relacionado con un chico joven que estaba jugando con la Play.
Nunca antes había visto a alguien debutar con esta patología a consecuencia de una caída en el servidor de varias redes sociales.
Desde entonces, llevo dándole algunas vueltas a este asunto, y creo que puedo entender el porqué estas situaciones llegan a producirse.
En primer lugar, hay mucha gente que se encuentra especialmente alterada, aunque ellos no lo noten y juren y perjuren que están perfectamente.
La pandemia, la situación política, social, económica, laboral, es prácticamente imposible que no te afecten de alguna manera.
La "serie de catastróficas desdichas" que vivimos, al final crean una tendencia negativa a partir de la cual uno ya no sabe si esperar el apocalipsis zombie, o la invasión extraterrestre.
No soy experta en el tema, pero es bastante probable que las redes sociales estén jugando un papel normalizador para muchos.
El poder ver que la gente está bien, que se siguen haciendo bromas, vídeos con bailecitos, es tranquilizador en estos momentos.
Por otro lado, también está la tranquilidad que supone el contacto rápido y directo con los amigos y familiares, a un simple golpe de whatsapp, lo que sin duda otorga un plus de seguridad y por ello también de confianza.
Supongo que a partir de ahora vamos a tener que ir acostumbrándonos a atender casos similares, y cada vez en gente más joven.
Personalmente, creo que en lo que se refiere a la influencia de las redes sociales sobre la población, no va a haber una vuelta atrás, por lo que entiendo que no estaría de más ir pensando en la manera de educar a los niños cuanto antes para que sepan hacer un buen uso de ellas.
De hecho, yo soy el mejor ejemplo: ¿Qué hago aquí contando esto, busco reconocimiento, que me den muchos "me gusta", o exponerme a que me critiquen por ello?.
¿Llegará a existir en algún momento la enfermedad o síndrome del meneante (esto dicho así suena un poco raro), la del twittero, la del tiktokero?.
Pues probablemente y parafraseando a la niña de Poltergeist: "Ya están aquiiiiiiiiiiii...".