Según el instituto de estadística oficial, Turquía cerró el año 2021 con una inflación del 36 %, la mayor en las últimas dos décadas. Aun así muchos dudan de la veracidad de esta cifra: académicos independiente calculan que los precios a los consumidores se incrementaron en un 83% durante todo el año. Es más, el propio gobierno reconoce que los costes de los productores también se elevaron cerca de un 80 %. «El año pasado el saco de harina me costaba 110 liras, este año me cuesta 400»
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