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El infinito placer de tener amigos

Un escándalo recurrente en las democracias occidentales, tanto en España como en otros países, es la carrera profesional de los expolíticos. Un ministro, director general, gerente, asesor o legislador más o menos relevante abandona el cargo, tras largos años de servicio público, y acaba por ser contratado por una empresa sospechosamente cercana a sus responsabilidades anteriores. Sobre el papel, no hay nada ilegal; una vez un ciudadano está en el sector privado, puede hacer lo que le apetece. A la práctica es un problema un poco más complicado.

| etiquetas: placer , tener , amigos , puertas , giratorias , política , empresa

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