Sanjay pilló a Tara poniéndole los cuernos con el vecino y decidió subirse a una guayaba hasta que ella le pidiera disculpas. Se subió el pasado 9 de marzo y allí sigue. En su residencia-guayaba, Sanjay vive, come, duerme, se aburre (suponemos) y, como es lógico (y acrobático), hace sus necesidades fisiológicas. Dada la gravedad del asunto, seguiremos informando…
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