Rantanlal Maloo comenzó a alimentar a 25 visitantes alados hace años, mientras se recuperaba de un grave accidente. Su hospitalidad fue atrayendo a más animales cada temporada, y pronto hubo de recurrir al apoyo de una sociedad de comerciantes que financió su empeño. Hoy son unas 10.000 las aves que tienen asegurado el sustento de septiembre a marzo. Tras pasar la noche en el desierto cercano, miles de grullas llegan a Khichan en busca de su desayuno. Son tan numerosas que tienen que ir aterrizando por turnos en el comedor abierto.
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