En Bielorrusia las autoridades están restringiendo los aplausos. Tras semanas de flash-mobs para “protestar en silencio” en Minsk y en otras ciudades de la ex república soviética de 10 millones de habitantes, las autoridades se muestran nerviosas y están prohibiendo cualquier acto que perciban remotamente como una amenaza al Gobierno. La idea detrás de estas manifestaciones populares espontáneas es sencilla y elegante: la gente simplemente se reúne en las plazas principales del país, se quedan de pie en silencio y aplauden.
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