Un mordaz enfoque humorístico, que sin embargo ha preferido no caer en el mal gusto (el autor podría haber emulado al original, y plantarle un bigote
estilo Hitler, como ya hiciera Charles Chaplin en 1940). Se trata de una ilustración que acompaña un artículo de opinión que advierte sobre la pérdida de libertad de expresión. Original:
www.tercerainformacion.es/3i/article1585.html