Estupefacto, es la palabra que define mi estado tras leer esto: Grado en Igualdad de Género, de la Universidad Rey Juan Carlos. Tras todos estos años alucinando con el feminismo fanático del gobierno y su propaganda, no puedo sino quitarme el sombrero ante lo que han conseguido: transformar una universidad, cuyo fin es la formación de seres humanos y personas productivas y un poco más libres (aunque lo hayan olvidado hace mucho tiempo), en una herramienta más de propaganda y fanatismo.
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