Cuando se pasea por cualquier ciudad que haya tenido varios siglos de civilización cristiana y ve una iglesia, se puede imaginar fácilmente que habrá dentro del edificio. En Dublín, sobre todo en la parte norte, a veces las cosas no son como uno espera. La pérdida del hábito de ir a misa de las nuevas generaciones y la huida masiva de los dublineses protestantes hacia barrios más acomodados del sur, hizo que muchas iglesias de esta religión quedaran desiertas. El uso que se ha dado estos edificios ha sido variado y también curioso.
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