Mientras Benedicto XVI alerta de la extinción de la fe, los protestantes españoles se multiplican. Los datos lo atestiguan: hace un siglo, había 4.000; llegaron a los 22.000 durante la República, en 1932; el franquismo los redujo a 7.000; hoy suman 400.000 más casi otro millón de inmigrantes, según los datos de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede). Los fieles crecen como la espuma en zonas desfavorecidas porque se ha producido una "retirada" de la Iglesia católica de esos barrios.
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