Pancho tiene tres años, es naranja, rayado, bonachón y de buen ver. Pesa más de ocho kilos. Todo un garfield. verano pasado está en desconocido. Su jaula, cuando salió por la cinta transportadora del aeropuerto de Eivissa, estaba abierta y vacía. Viajaba con Iberia, igual que su madre, Maïa, y la dueña de ambas mascotas, Cristina Guasch. Un juzgado de mercantil de Barcelona ha condenado ahora a la aerolínea a pagar una indemnización por su pérdida y por los daños morales causados por ella. En total, 711,28 euros.
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