No han sido pocas las horas que le he dedicado a pensar en estos límites. Hace 21 años que me dedico a la comedia, y no había escuchado esa expresión hasta hará unos cuatro o cinco. Así que los quince primeros años de mi vida como cómico jamás pensé en eso. Y, aunque yo no fuera un cómico que dijera muchas cosas conflictivas, jamás me había planteado la posibilidad de si un chiste pudiera ofenderle o no a alguien. Y, mucho menos, que pudiera acarrear consecuencias de tal calibre. Y, de repente, empezaron a pasar los casos: César Strawberry, Rob
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