Literalmente, a estrellas muertas. Lo cual viene a ser, para hacernos una idea, una mezcla de metales fundidos, hidrocarburos ardiendo y humo de barbacoa. Un olor que resultaría parecido, si pudiéramos percibirlo, al que encontraríamos en un circuito de carreras cualquier domingo por la mañana. Si que sabemos que los productos de la combustión estelar se encuentran literalmente por todas partes "allá arriba", tanto en cometas y meteoritos como impregnando cada partícula de polvo espacial.
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