Fuera del infierno, los policías y funcionarios con los que me fui encontrando se dividían entre los que se asustaban al verme y los que querían “darme unas cuantas hostias más”. No sé cómo resumir aquí cómo me dejaron en la Comandancia de la GC. Nadie debería pasar por eso. No queremos juicios, encarcelamientos, revancha o escarnio. Queremos un reconocimiento público y que no se repita.
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