[c&p] Bien, la mayoría os habréis dado cuenta ya de por qué Mandelbrot aparece en el título de la entrada y es que a estas alturas hemos mencionado la propiedad fundamental de los fractales: autosemejanza a distintas escalas. Mi argumento es que, sobre todo en el caso de ciertos compositores, la forma de generar orden en música, derivando unos motivos a partir de otros y agrupándolos en estructuras cada vez mayores, recuerda o es comparable a la de un fractal.
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