¡¡Gracias a Charles_Dexter_Ward por sacarme de mi error y enseñarme a publicar Artículos!!
Creo firmemente en el feminismo, en la liberación de la mujer, en que ningún hombre puede ni debe controlar a una mujer por el mero hecho de ser su pareja. Sin embargo, aunque a un nivel teórico se habla de eliminar la co-dependencia, las relaciones de poder y el amor romántico, sigo viendo en muchas mujeres que se autodenominan feministas dejarse llevar a controlar a sus parejas, ya sea de maneras sutiles o de otras que rayan en el más salvaje chantaje emocional.
Mi abuelo, hombre antiguo, ex-policía, no habla delante de mi abuela. Es imposible que consiga rematar una frase sin que ella lo interrumpa, lo corrija, desmienta lo que dice o pretenda terminar ella la historia. Son como muchos matrimonios "chapados a la antigua", en que existe una represión brutal del hombre, en algunos aspectos, por parte de la mujer. Cuando le proponemos hacer algo a mis abuelos, mi abuela siempre suelta alguna excusa como "a tu abuelo no le conviene hacer tantos km" o "si vamos a cenar y tu abuelo no puede tomar vino lo va a pasar mal". Jamás es ella la que no quiere ir. Mi abuelo, ojos anhelantes diciendo, "me dan igual los km o no tomar vino" calla.
No creo que mi abuela pegue a mi abuelo, ni que lo amenace. Creo que mi abuelo calla por no tener luego que oírla, pues ella es capaz de hablar durante 2h sin parar argumentando porqué su opción es la correcta, poniéndose a llorar en caso de que esté perdiendo la batalla dialéctica, y recordar todos y cada uno de los momentos en que fue infeliz por su culpa, o lo mal que está de salud, de ánimo o de lo que sea, para salirse con la suya. Mi abuelo no es feliz. ¿Mi abuela? Tampoco.
Vive atrapada en "lo que debe ser" según su cabeza, pero tampoco lo transmite directamente. Es mediante indirectas, excusas o "bromas" que has de desvelar el modo en que ella transmite la información. Hay que ser un hacha leyendo entre líneas, entendiendo dobles sentidos, no-te-lo-digo-pero-te-lo-estoy-diciendo. Del mismo modo, ella encuentra sentidos nuevos a cada cosa que hacemos y analiza el comportamiento de otras personas para "descubrir" lo que sienten u opinan sin jamás preguntarlo directamente. Tiene que ser agotador. Y mi abuelo es un hombre sencillo, criado en la disciplina pseudomilitar, que dice A y es A y dice B y es B. Ahí siguen, sin embargo.
Veo a mi alrededor demasiadas parejas tomar un poco ese rumbo. Y me fastidia que algunas de mis amigas supuestamente feministas no se deconstruyan como solicitan que se deconstruyan los hombres, que no examinen objetivamente su relación y desactiven los privilegios a los que acceden gracias al machismo. Sí, al MACHISMO. Porque si tú en lugar de dialogar con tu pareja de manera tranquila, usas la carta de "qué mal estoy" o la del "tú verás", estás repitiendo esquemas que el machismo "clásico" sostiene: las mujeres son delicadas, las mujeres no dicen las cosas claramente.
Y luego veo a amigos, también supuestamente feministas, que tienen miedo a sus parejas, que temen su reacción, que ellas lloren o que se enfaden y los sometan a un muro de silencio y hostilidad que nunca saben a qué se debe exactamente ("tú sabrás") o a reacciones desmedidas, que no se solucionan con una charla tranquila en la que ambos exponen su punto de vista. Así que ellos agachan las orejas y se someten porque no son capaces de ser el malo de la película y creen que lo mejor que pueden hacer es simplemente tragar y que aceptando esto, y esto y luego esto otro, se solucionará todo, y todos podrán ser felices, y así acaban renunciando a lo que era su vida, a las cosas que eran importantes para él, sólo para que su pareja no se entristezca o no se enfade.
La vida en pareja va de pactar, y muchas veces hay que renunciar a cosas por conseguir un consenso, eso está claro. Pero eso se hace a través de una comunicación tranquila, poniendo las cosas sobre la mesa y sin sacar las cosas de quicio "si haces eso es porque no me quieres" es una conclusión muy sesgada y una manera brutal de proyectar en el otro las propias debilidades o miedos. Y la sinceridad ha de ser total, pero no brutal, es decir: te digo la verdad y la pongo sobre la mesa para que la entiendas, no te taladro con este y 27 ejemplos más en los que, considero, has sido descortés o descuidado, o lo que sea que se te vaya a achacar en ese momento.
El chantaje emocional es un arma, y es un arma de mierda, y es un arma que se usa mucho, todas las personas la usamos, por desgracia, lo que pasa es que hay personas que la utilizan como el principal sostén de sus relaciones, y que se aprovechan de ella para manipular a los demás, ya sean sus parejas (pareja hombre o pareja mujer), sus hijos o hijas, amistades... Y lo que están es consiguiendo salirse con la suya a base de desgastar la relación, pues o bien esas personas saldrán huyendo cuando espabilen, o bien se convertirán en la sombra de lo que fueron, a base de no saber cuál es la palabra o la acción que va a hacer saltar la mecha del lloro, del enfado o del silencio helador.
Y, por desgracia, las personas que suelen caer bajo este influjo sin poder salir, suelen ser personas que son buenas personas, que tratan de apoyar lo máximo posible a su pareja, resistir el envite. No quieren ser el malo (o la mala) de la película haciendo llorar a quien está mal por decirle lo que quieren o incluso lo que necesitan. Sus necesidades, sus deseos, ¿qué importan si hay alguien que de verdad lo está pasando mal? Y ahí se apagan, poco a poco, en silencio, sintiendo la satisfacción, quizás, de que están haciendo lo mejor por la otra persona, pues si no llora, si no grita, si me habla, es que está bien.
PD: Hablo de esto en relación a parejas herosexuales, porque creo que se habla mucho del control y del chantaje del hombre sobre la mujer, y se hacen campañas institucionales, y eso está bien, pero también está bien mirar la otra cara, la de la mujer sobre el hombre. Pero como veréis por el texto, este tipo de control se puede dar en cualquier tipo de relación, heterosexual u homosexual, de pareja, familiar o de amistad, por desgracia para quien se ve involucrado en una situación como esa.