Los cuidadores de un parque oceánico chino recurrieron al hombre más alto del mundo, según el Libro Guinness, para que introdujera su brazo en el estómago de dos delfines que ingirieron fragmentos de plástico de su piscina. Los expertos localizaron a Bao Xishun, un pastor de Mongolia Interior de 2,36 metros, que introdujo uno de sus brazos -de 1,06 metros- por la boca de los mamíferos y consiguió llegar hasta el estómago, sacar los fragmentos plásticos y salvar la vida de los delfines.
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