Kevin Halstead, un conductor de autobuses de 50 años, salió a beber con sus amigos el pasado viernes, después de recibir la sentencia de divorcio. Al día siguiente decidió probar suerte echando la lotería. Podemos imaginarnos su sorpresa al ver que sus afortunados números salieron en el sorteo. Kevin habría sido forzado a repartir con su mujer los £2,302,668 si el divorcio hubiera tardado un par de días más en llegar.
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