Un hombre de Blackpool (Inglaterra) fue a la tienda donde había comprado su televisor de 800 libras 8 meses atrás, con idea de que le diesen uno nuevo pues el suyo había dejado de funcionar. Cuando los dependientes se negaron a reemplazárselo, el sujeto se marchó de muy mal humor, tanto que poco después volvió con un martillo para destrozar una tele de 999 libras. Horas más tarde, tras ser detenido por la policía y puesto en libertad, el individuo retornó una vez más a la tienda y destrozó otras 5 teles, cuyo valor era de casi 5000 libras.
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