Muchos han sido los afectados por los productos tóxicos de la banca, pero el caso de Juan Pedro no es uno más. En 14 de enero de 2000 un accidente de tráfico le dejó en coma vegetativo. El conductor que invadió el carril por el que circulaba se dio a la fuga. Después de cuatro años de lucha la familia consiguió una indemnización de 360.000 euros. Sus padres depositaron en el Banco Santander el dinero que garantizaría que Juan estuviera correctamente atendido el resto de su vida.
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