George Stastny paseaba con su mujer Mary por un camino al filo de un acantilado en el momento en que tropezó y se precipitó 6 metros, rompiéndose la nariz y lesionándose la espalda. Para su suerte, la caída fue frenada por árboles. Su mujer lo arrastró de vuelta al camino, donde George se desmayó. Cuando ella tuvo que dejarlo solo para ir en busca de ayuda, él se despertó e intentó reincorporse, pero se mareó y volvió a precipitarse por el acantilado al mismo sitio que la primera vez. Antes de que Mary volviese, George ya se había ido solo.
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