En su demanda ante la corte judicial de su distrito, Devaney afirma que el ruido provocado por la campana “interrumpía sus sueños, pensamientos y relaciones familiares” que desembocarían en “peleas, mal humor y distanciamiento emocional” dentro de su hogar. Tanto es así, que el vecino cree que el ruido sería la razón principal de su reciente divorcio.
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