Desde el pasado 1 de enero, la ayuda a los ancianos y las personas dependientes, incluidos los niños discapacitados, se convierte en una “obligación moral” para familias, amigos y vecinos. Hay gente de 80 y 90 años que ha tenido que marcharse a un piso a depender de su familia. Piense que los parientes no siempre viven cerca”, dice una enfermera de La Haya que pide anonimato. Solo cuando la situación sea insostenible, las personas que no se valen por sí mismas podrán acceder a un centro subvencionado.
|
etiquetas: holanda , ancianos , residencias