Llevo trabajando desde los 14 años sin parar, ahora tengo 44 años de edad, estoy casado y soy padre de dos hijos. Siempre he cotizado a la seguridad social. A los 41 años me quede en el paro y, para seguir mi costumbre de continuar trabajando, decidí invertir la prestación de desempleo que me correspondía en crear mi propia empresa, una Agencia de viajes. Al tercer año de funcionar, las ventas descendieron y no he podido afrontar los ultimos siete recibos de autónomos por preferir pagar a los proveedores que atender mi propia cotización...
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