Este año la cesta de Navidad para los empleados de la empresa CB Ferrari llegó más rellena de lo habitual. No había ningún queso parmesano ni ningún jamón, sino que se encontraron con un millón de euros a repartir entre los empleados. El responsable es el hasta hace poco dueño de esta casa especializada en máquinas fresadoras, que ha decidido dar a sus empleados una parte del dinero ganado en la venta de la compañía.
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