Cuando Bowen encontró a Bob se dio cuenta de que sufría de algunas heridas muy serias —cojeaba y tenía un absceso que goteaba pus— hizo lo contrario a lo que la mayoría de la gente habría hecho: no ignorar a un gato de la calle herido y enfermo.[…]sin importarle qué tan desesperada era su situación, Bowen se negó a dejar que el gato sufriera, por lo que lo llevó al lugar más cercano de rescate de animales[…]donde curaron al aninal y le dieron medicamentos para tratarle. Una vez curado lo dejo ir, pero el gato se niega a separarse de él…
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