La provincia de Ávila, empujada por los ganaderos, exige el exterminio de todos sus lobos. Es ilegal, pero 82 ayuntamientos y la propia Diputación lo apoyan. El conflicto del lobo está desquiciado. La crisis ganadera lo ha convertido en inocente responsable de todos los males. Un sambenito injusto frente a los auténticos problemas del sector como el encarecimiento de los piensos, la caída de precios o la competencia desleal de terceros países.
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