El director general de Hertz lo siente, lo siente mucho por haber extraviado vehículos de alquiler devueltos y luego haberlos denunciado como robados, provocando que clientes honrados estuvieran encerrados en la cárcel en algunos casos durante seis meses o más. No lo bastante como para indemnizar voluntariamente a las víctimas, claro. Hertz esperó una demanda, impugnando las reclamaciones hasta que se vio obligada a desembolsar 168 millones de dólares.
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