El Ejecutivo atraviesa sus horas más bajas. Al menos, anímicamente. La trifulca política acaecida a raíz de las declaraciones del gobernador del Banco de España, que este miércoles alertaba de la posibilidad de que la Seguridad Social incurra en déficit “en un año”, está tomando más protagonismo de lo que le gustaría a Moncloa, inmersa aún en la remodelación ministerial. La pretensión de Zapatero se centra ahora en cerrar página a estas desavenencias, que han explotado muy cercanas en el tiempo a la última crisis de Gobierno.
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