El combate debe garantizar la sangre, elemento imprescindible para captar la atención de aquellos cuyo software ideológico se elabora desde el sofá ante la televisión que todo lo sabe. Mucha sangre. Cuanta más sangre, más adrenalina, más audiencia, más beneficio para la cadena. Los tertulianos son chicos aplicados en la ejecución del guión. Cada cual dice lo que su público respectivo quiere oír, pero también lo que exaspera al público del rival.
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