¿Quién no ha leído a estas alturas que los bonobos, esos parientes cercanos de los chimpancés tan “sociales”, pasan buena parte de su día practicando sexo, con individuos de su sexo o del otro, como sistema de cohesión social?1 ¿O no sabe de las “sorprendentes” parejas de dos hembras de albatros de Laysan, que pasan sus vidas juntas empollando huevos, montando el nido y alimentando a los polluelos? ¿O de las interminables congas de machos de Drosophila melanogaster cortejándose unos a otros a causa de tener mutado un gen llamado Fruitless?
|
etiquetas: homosexualidad , genética , evolución , sobredominancia , gen