Arrojó una tasa de alcoholemia de 1,07 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, cuatro veces superior a lo permitido. Sólo un nivel tal de embriaguez explica que el conductor de una furgoneta siguiera circulando por Barakaldo como si nada después de colisionar contra una grúa aparcada, que le arrancó parte de la carrocería. Este rocambolesco incidente sucedió el pasado sábado día 15 de enero alrededor de las seis y media de la madrugada a la altura del parque botánico de la localidad fabril, cerca de la calle Gernikako Arbola.
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