Un estudio científico ha confirmado la presencia en células hepáticas humanas de un compuesto químico que se utiliza como retardante ignífugo. Por ello, alerta sobre sus efectos tóxicos en los humanos, que lo ingieren a través de los alimentos, sobre todo de pescados. El estudio ha sido realizado por el IDAEA-CSIC y el Instituto Catalán de Investigación del Agua que ya habían advertido anteriormente de la existencia de retardantes en las aguas de los ríos Llobregat y Ebro
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