Un hacker preso al frente de los sistemas de la cárcel es tan peligroso como un mono con una pistola. Los responsables de la prisión inglesa de Ranby debieron de pensar que Douglas Harvard, que cumple 5 años de condena por estafar 6,5 milllones de libras clonando tarjetas de crédito, era el más adecuado para programar los sistemas de la cárcel. Poco después su compañero de celda se hacía con la llave maestra de la cárcel.
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