José Sirgüeza, vecino de Cerdanyola del Vallès, practicaba la escalada por la cara norte del Karakorum, en Nepal, cuando un derrumbamiento borró el camino por el que subía y le dejó aislado en una cornisa. Aguantó tres días hasta que se decidió a emprender el descenso en parapente con la ayuda de un providencial número atrasado de la revista Micromanía, de los de tamaño tabloide. «Siempre me llevo a la montaña algo de lectura para pasar el rato»
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