Imagina que eres cazador, especialista en cérvidos, y te dispones a iniciar una jornada cinegética en medio de la popular berrea de los alces americanos. Imagina que el silencio de las montañas de Alaska lo interrumpe el bramido de un bicho de más de 400 kilos. Imagina que alzas la mirada confuso y te encuentras al alce pataleando y berreando a más de 16 metros de altura, colgado de unos cables de media tensión. ¿Cómo llegó allí? ¿Por qué estaba vivo y no como un torrezno? Antes de seguir leyendo mira las fotos e intenta adivinar.
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