Hulk Hogan y Vince McMahon llegaron a una industria en horas bajas y la convirtieron en una de las mayores empresas del mundo. Primavera de 1981. Suena el timbre del pequeño apartamento del joven luchador Terry Bollea (Georgia, 1953), en el sur de Florida. En la puerta, un repartidor de Western Union le entrega un telegrama en el que dice que Sylvester Stallone le invita a participar en su próxima película, Rocky III. Bollea, sin prestar demasiada atención al papel, sonríe, lo tira a la basura y continúa haciendo las maletas para pasar dos mes
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