Hace un tiempo se puso de moda evaluar si los empleados de las grandes empresas utilizaban sus emails corporativos para enviar mensajes personales o si eran desleales a la compañía. Así se descubrió que en ocasiones jugaban en contra de los intereses de la propia empresa, o que pasaban demasiado tiempo enviándose chorradas. Acceder al correo de los empleados no es ilegal si quien lo hace es la propia empresa. ¿Pero qué pasa si quién fisga es el propio administrador de sistemas en sus ratos libres? Hablamos con un ingeniero informático...
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