Hace cuatro años, Kadhim Jubouri golpeó con un martillo la peana alicatada que sostenía la enorme estatua de Sadam Husein erigida en la plaza bagdadí de Firdous. Ahora, en el cuarto aniversario de la invasión, ha cambiado de opinión: «Siento mucho haber derribado la estatua. Los americanos son peores que el dictador. Cada día es peor que el anterior».
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