Cada vez que entraba un representante del PP, los chillidos aumentaban y el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, se llevó la gran pitada de la mañana. También tuvieron que escuchar todo tipo de gritos Ana Mato y Javier Arenas, pero el que se libró fue Mariano Rajoy."¡Rajoy, cagado, da la cara!", se escuchó una y otra vez en la ciudad del dirigente popular. La reunión se abrió entre las evidentes muestras de enfado de los responsables de protocolo.
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