Unas elecciones en un país de 57.000 habitantes, cubierto por el hielo y cuya capital funciona con solo dos semáforos, tienen todas las papeletas para pasar inadvertidas en los medios. Y así ha sido. Sin embargo, los comicios celebrados el pasado martes en Groenlandia fueron monitoreados con preocupación en Washington, Bruselas y Pekín. Y es que de los habitantes de la mayor isla del planeta, cuatro veces el tamaño de España, dependía no solo su futuro Gobierno, sino la geopolítica mundial.
|
etiquetas: groenlandia , independencia , dinamarca