Onesmus Mwangi lo ha conseguido. Aunque no se ha podido comprobar si su avión vuela, el vecino de Magomano (Kenia) asegura que sí lo hace. Para conseguirlo, Mwangi ha utilizado un viejo motor, piezas de plástico o metálicas recogidas de la calle, tornillos comprados en una tienda local y goma casera para ensamblar las piezas.El joven de 20 años ha construido la avioneta durante siete meses, y ha invertido 650 dólares (un año y medio de su salario).
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