En la primera bifurcación el aparato dice “en 80 metros, gire a la izquierda”. -Bien –pensé- vamos a Málaga por la ruta corta y sin semáforos. -Por la derecha – fue la escueta sentencia de mi mujer En ese momento comenzó algo para lo que el pobre GPS no estaba preparado. Bueno, ni el GPS ni el mejor guía sioux: las indicaciones de mi mujer.
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