Enrique Guillén todavía no puede creer todo lo que le está pasando. Desde hace tres días, le apuntan como el torero enfurecido que, tras conocer que en Cataluña dejarían de celebrarse corridas de toros, atacó e hirió a varios militantes de una sede de ERC en Barcelona. Y es cierto que Guillén entró en una sede de ERC en el Eixample, pero, según afirma, ni destrozó el edificio, ni golpeó a ningún militante, sino que se enzarzó en una discusión después de que dos miembros del partido agredieran a su mujer. Relacionada:
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